Voy a hablar de la esperanza—dijiste, Vallejo, pero ella sigue lejana, como una montaña de aire que no escalo.
Octubre, mes de procesiones,
De sollozos, de humaredas
Donde en una esquina
Dos labios que se odiarán,
Sin decirse nada, se besan
Octubre,
Mes de ayuno y largas caminatas absurdas,
Aún eres un dios que no ha muerto,
Una flor que todavía se jacta de su olor y sus pétalos
Octubre,
Pecho abierto por donde el recuerdo
Desgrana sus días
Y el olvido sepulta ciertas horas
Octubre,
Tierra decapitada
Por un fuego cuyas cenizas le huyen,
Vagones vacíos
Donde el de al lado es menos visible que un fantasma
Octubre,
Tiempo en que el azar lanza púas y látigos
Octubre,
Tiempo en que la vida
No es sino un deseo prístino
Antes de desvanecerse
Octubre, octubre,
Tu nombre es cárcel que oprime las sienes
Y constriñe las ansias
Tu nombre,
Patio repleto de osadas espuelas
Donde una caricia
Es más tenue que la seda
Y más feroz que un esporádico disparo
Octubre, el bosque ya duerme,
La ciudad está bañada en lágrimas nuevas,
Ojalá no despiertes
Y que tu tiempo, tus días, tus minutos, tus horas,
Se diluyan lentamente
Hasta sucumbir en la memoria