En vida, a mi papá siempre le gustó cantar, tocar la guitarra, contar chistes y también recitar poemas. No sé en qué circunstancias aprendió este poema en quechua. Solo puedo dar testimonio de que en los momentos en los que se sintió feliz, este poema lo acompañaba. Por eso, cuando estuvo enfermo, decidí grabar su voz, para poder robarle un recuerdo tangible al tiempo. Esta grabación fue hecha el 9 de junio, justo una semana antes de su fallecimiento.
El 24 de junio del 2012 lo enterramos en Lima, en el cementerio Parque del Recuerdo, y como mañana se cumplen ya dos años de sus exequias, preparé este breve video para que los interesados también pudieran disfrutar de la calidez de su voz mientras recita ese hermoso poema. El terrible cáncer de páncreas nos arrebató a este ser tan querido, pero lo que nunca podrá llevarse la enfermedad es el sabor de su existencia genuina. Gracias por vivir, papá, y por estampar en el corazón de los que te conocimos, instantes como estos, de inagotable belleza.