Sólo para animales lascivos…

Ahora siento que nos amamos en libertad, que la ausencia ha desaparecido porque ya no es sinónimo de la falta de tu presencia, sino tu presencia en su lado menos visible. Te quiero, erizo, como no pensé que se podía llegar a amar a alguien que no fuera dios o uno mismo. Mi cuerpo, mi espíritu y mi mente están contigo en su cansancio y en su deseo. De noche, a veces, el recuerdo de tus gemidos se posa sobre la punta de mis senos, y mi pecho se torna en escudo-aunque inútil-de tu sigilosa lengua hambrienta. De tarde, el pequeño planeta que habita dentro de tus ojos zarpa en las aguas de mi escurridiza mirada y yo lo dejo caer, bruscamente, hasta verlo despeñarse contra aquel, este, inmemorial astro estático, tarima carnosa que corona el nacimiento de mis piernas. Contigo, el olvido es una fiesta de líneas entretenidas sobre la superficie del desierto, un horizonte baldío con huellas de gigantescos recuerdos; la locura, un surco indeleble que trazamos con la desesperación de afiebrados pensamientos.
De sólo imaginar que pronto, suspendidos en un orgiástico aliento, mitigaremos el uno al otro el natural sobresalto de nuestras púas respectivas, mi cuerpo entumecido se expande como un abanico de pulposos dedos centelleantes.

Un comentario en “Sólo para animales lascivos…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s