"El creador prosiguió, como un acusado que reaparece ante su propio tribunal: "Y los hombres, qué pensarán de mí, ellos que tenían una opinión tan elevada, cuando lleguen a saber los yerros de mi conducta, la marcha vacilante de mi sandalia por los laberintos fangosos de la materia, y la dirección de mi ruta tenebrosa a través de las aguas estancadas y de los húmedos juncos de la charca donde, envuelto en niebla, azulea y ruge el crimen de pata sombría! Comprendo que es preciso que en el futro trabaje mucho en mi rehabilitación, a fin de reconquistar su estima. Soy el Gran Todo, y sin embargo, por un lado, permanezco inferior a los hombres que he creado con un poco de arena! "
Los cantos de Maldoror. Canto tercero.
Es increíble cómo el azar sí que sabe oler mis necesidades existenciales. Antes de acostarme abrí Los cantos de Maldoror y me di con semejante discurso. Ahora puedo volver a sumergirme en la tranquilidad de las sábanas, sin apagar completamente la famélica llama de la esperanza.